PRESENTACIÓN DE
LA SAGA DE UN EX CAPITÁN,
DE ANÍBAL BARRERA ORTEGA
Concurren en esta presentación
tres personas –autor y presentadores[1]-,
cuyos afanes fueron cercanos en una época, sin ser enteramente coincidentes.
Cada uno hizo lo que creyó que tenía que hacer, según su situación. Estas
personas tienen, por cierto, enfoques diversos sobre el pasado, evalúan
seguramente de modo diferente sus respectivas experiencias y han seguido
trayectorias distintas.
De los tres, Aníbal Barrera Ortega
estuvo más cerca de la experiencia
decisiva, como comandante de una compañía en lo que iba a ser un frente de
combate, en diciembre de 1978. Esto debe tomarse en cuenta.
*
Cada revolución genera sus
propios decepcionados.
Lo que en un momento pudo
encender el corazón y el cerebro, lo que pareció ser el gran acontecimiento
trasmutador de la existencia individual y colectiva, lo que se soñó el retorno
de grandes tiempos, a la postre –a veces no al cabo de mucho tiempo- se revela
trivial y vulgar. Caen las máscaras que tal vez nuestro propio entusiasmo había
puesto en los personajes; el velo de la ilusión se levanta, el corazón se
siente traicionado:
También para mí, los fuegos que una vez
brillaron como sueños
y ahora ya han pasado y se apagaron
yacen muertos entre cuatro pareces[2].
Así puede resumirse probablemente
la historia del capitán Rafael Storni Palazuelos, protagonista de la obra de la
que hablamos hoy y que ha escrito Aníbal Barrera.
Una obra que es de difícil
clasificación:
-es una novela, pero no sólo una
novela;
-no es un libro de memorias, pero
tiene algo de autobiografía:
-es un homenaje a Arturo Godoy,
gloria del boxeo nacional, que es también uno de sus protagonistas.
¿Es ficción –ficción pura- o
historia?
¿Y por qué el autor ha elegido la
forma de la novela?
Más de una novela se parece tanto
a la vida vivida que llega a ser indistinguible de ella; y suele ocurrir
también que la novela sea más “real” que la vida misma, o que la vida sea más
fantástica que una novela. “La novela será siempre algo más que la vida, porque
la escritura la confiere una parte de impersonalidad activa, en la cual se
refleja el más allá irracional, cósmico, sobrenatural, de una totalidad que
nuestra vida no comparte enteramente, un resplandor de eternidad”, dice esta
vez Jean Parvulesco[3].
Hay novelas que anuncian lo que vendrá, o enuncian lo que pudo haber sido, lo que
podría haber sido; o reflejan la vida y la historia, no se sabe sin con colores
más luminosos o más sombríos. Pensamos en la novela Michael, del joven Joseph Goebbels; o, entre nosotros, en una
novela poco conocida, La locura de Juan
Bernales, de Carlos Keller; o, en otro plano, La condición humana, de Malraux.
Tal vez La saga de un ex capitán sea de éstas; pero, ¿en qué sentido y en
qué medida?
*
El capitán Rafael Storni Palazuelos. ¿Por qué
ese nombre, en primer lugar? ¿Acaso un homenaje a la poetisa Alfonsina Storni y
a Diego Portales Palazuelos? ¡Distintos modelos, distintos patronos para una
personaje del que se nos dice que no gustaba de la poesía, pero sí era un gran
lector de novelas; y que, tal como se lo pinta, compartía la joie de vivre del ministro Portales, y
acaso su intuición, si le hubiera tocado actuar en otro teatro!
Rafael Storni llega al ejército
de Chile ahijado o prohijado por el ex campeón de boxeo Arturo Godoy y por una
misteriosa dama que, por lo que se verá, tendrá incidencia fundamental, para
bien y para mal, en la vida de nuestro personaje.
Mas Rafael Storni llega al
ejército sobre todo porque quiere ser un guerrero;
porque se siente y sentirá siempre un guerrero. Hubiera querido ver
guerreros y sólo encuentra soldados. Una vocación profunda –como la que, por
otro lado, hace monjes o hace partisanos- encuentra la rutina de la profesión. Y bien, de aquí vienen
siempre desencuentros y decepciones.
Vemos, sin embargo, a Rafael
Storni avanzar promisoriamente en su carrera. Lo vemos involucrarse en la
conspiración de 1970 –¿cómo un doble agente?- Lo vemos después en una operación
de inteligencia extraordinaria, que no sabemos si alguna vez el Estado de Chile
llegó a concebir: es enviado como instructor a las milicias de la Organización
de Liberación de Palestina. Involucrado pues en el Frente de Resistencia de los
Pueblos; en una toma de posición que en los años 70 en Chile podía proclamarse
–tal vez seguirse individualmente-, ser parte acaso de la retórica diplomática,
pero jamás practicada por nuestros gobiernos. Es que en Chile se ha rehuído
siempre la Gran Política; y aquí puede estar otra de las causas de la decepción
de Rafael Storni.
Quizás el lector imagine que
Rafael Storni va a terminar trágicamente su existencia… No tiene porqué ser
así, y aquí hay un toque de “realismo” del autor. Mas no anticipemos al lector
su tarea.
*
¿Verdad o ficción? Personajes y
acontecimientos que estuvieron en la crónica nacional aparecen aquí y allá en
la novela. 1970 es como un pivote de la acción; en cambio, 1973 figura como en
un segundo plano, apenas aludido. Algunos de los personajes secundarios pueden haber
existido realmente, y tal vez sería fácil comprobarlo. En otros casos, la
identidad verdadera aparece recubierta por un conveniente heterónimo. Y quedan
otros, como esa mujer tan importante en la vida de Rafael Storni, pero de la
cual no sabemos si corresponde a algún personaje real que se hubiera movido
entre círculos militares y diplomáticos entre los años 1960 y 1980 – ¿o acaso
fue una ensoñación de adolescente?
La novela recoge, pues, mucho de
la realidad política y social de veinte años de la historia de Chile…; pero, es una novela. Se engañaría quien viera
aquí una “crónica”; o tan solo un “testimonio”. No es la vida del autor lo que
se nos muestra aquí; aunque puede parecérsele. Acaso es la vida que el autor
hubiera querido vivir; acaso Rafael Storni es el alter ego del autor –se dice
en la novela-; pero un alter ego como proyectado en otra dimensión, la de las
posibilidades, de lo que pudo ser.
La novela tiene su valor como
novela; y como tal será juzgada. Pues la ficción tiene sus derechos, que la
realidad no conoce.
Hemos hablado bastante de La saga de un ex capitán. Ahora
callamos; y tú, lector, futuro lector, avanza pues en esta saga.
Erwin Robertson
[1]
En la mesa de lanzamiento en la Sala Acario Cotapos de la Feria Internacional
de Santiago se encontraban, además de la editora, el autor de la novela, el
otro presentador, Roberto Thieme Schiersand y el autor de este texto.
[2] Ezra Pound, Middle-Aged Poetry, en Personae
(Hiperión).
[3]
Entrevista en Ciudad de los Césares N°
67, Diciembre de 2003.